Nueve y diez de la noche

Llega a mis manos, a mis ojos mejor dicho, este relato corto de Carmina Gascón, Nueve y diez de la noche con el que el pasado 27 de mayo se hizo merecedora de un premio en el III Certamen Literario de Poesía y Narrativa “Marcos Zapata” de Ainzón.

No es poca cosa conseguir un galardón en cualquiera que sea el certamen, o el concurso de los que hoy en día pueblan nuestra geografía y, lo dice, alguien que se ha presentado recientemente a un concurso sin obtener el resultado apetecido, https://www.librosynovelas.es/lain-el-bastardo-francisco-narla/

Esta tercera convocatoria del certamen, dice mucho del entusiasmo y empuje de Ainzón, en su trabajo y empeño de airear a un poeta y dramaturgo español famoso, como fue este ainzonero, Marcos Zapata (1842-1913). Me ha traído a la memoria, este certamen en honor a Marcos Zapata, a aquel otro contemporáneo suyo, e ilustre escritor, además de militar, que fue Romualdo Nogués (1824-1899), borjano de nacimiento que nos legó su quehacer en la narración costumbrista

En el relato de Nueve y diez de la noche, la autora comienza haciendo gala de un cierto sarcasmo, aderezado con fino humor, al comparar las noticias aburridas y repetitivas que un famoso periodista de la televisión nos lanza desde el otro lado de la pantalla, con una famosa película en la que un hombre del tiempo de una cadena de televisión, es enviado un año más a informar sobre el festival del «Día de la Marmota». En el viaje de regreso, el hombre del tiempo y su equipo se ven sorprendidos por una tormenta que les obliga a volver a la pequeña ciudad. Al día siguiente temprano, constata que todo sucede igual que el día anterior. Al ver que no pasan los días, se da cuenta de que está condenado a revivir eternamente el «Día de la Marmota».

La comparación de la actualidad política que hace Carmina con la película, me parece genial y acertadísima.

Pero, de repente, como suelen suceder estas cosas, el periodista del relato nos remueve de nuestro muelle y cómodo aburrimiento-ensimismamiento.

A partir de este momento el relato nos transporta al mundo de las frías e inhóspitas corrientes del océano glacial del norte, a las catástrofes y a los deshielos que, a causa de la desidia humana, van a provocar las escenas más terribles y angustiosas que nadie, nadie hubiera podido imaginar desde nuestra cómoda posición de dueños del mundo, y árbitros de la creación.

El orgullo humano y su empeño en mirar para otro lado, pueden provocar la desaparición de gran parte de la especie y otras más:

«…desgarradoras escenas…», «…el caos a una gran ciudad donde la vida se había visto paralizada por la entrada masiva de un océano descontrolado y furioso».

Carmina nos traslada a un estilo de novela de ciencia ficción con su relato, que me recuerda por el tratamiento que hace, a: La guerra de los mundos de Herbert George Wells.

El final del relato resulta aleccionador y que aquí no voy a desvelar.

Recomiendo a todos leer este buen y sencillo relato de Carmina Gascón a quien felicito por su trabajo.

Como anuncia el video del relato, su autora acierta aquí también, al recordar la canción:

https://www.youtube.com/watch?v=xBCM15TIHCA

«Imagina que no hay cielo

Es fácil si lo intentas

Ningún infierno bajo nosotros

Por encima de nosotros sólo cielo

Imagina toda la gente

De vida de hoy

Imagina que no hay países

No es difícil de hacer

Nada por qué matar o morir

Y ninguna religión también

Imagina toda la gente

Vivir la vida en paz

Usted puede decir

Yo soy un soñador

Pero yo no soy el único

Espero que algún día

Te unas a nosotros

Y el mundo será como uno

Imagina que no hay posesiones

Me pregunto si se puede

No hay necesidad de codicia o hambre

Una hermandad del hombre

Imagina toda la gente

Compartiendo todo el mundo

Usted puede decir:

Yo soy un soñador

Pero yo no soy el único

Espero que algún día

Te unas a nosotros

Y el mundo vivirá como uno»

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